Venezuela

Estado de América del Sur. Extensión: 912.050 km2Límites: al Norte, con el mar de las Antillas (Mar Caribe) y el océano Atlántico; al Este, con Guyana y Brasil; al Sur, con Brasil y Colombia, y al Oeste, con Colombia. Población: 18.272.150 h. en 1987.Densidad: 20 h./km2

Capital: Caracas.

División administrativa: 20 Estados y 4 entidades federales.

Ciudades principales: Maracaibo, Valencia, Barquisimeto y Maracay.

Gentilicio: venezolano.

Forma de Estado: República Federal.

Idioma: español.

Religión: catolicismo, 90,7%.

Moneda: Bolívar.

 

 

Geografía

 

Clima

 

Economía

Contenido :

Historia

 

Arte

 

Literatura

 

Música

 

Geografía :

El relieve de Venezuela consta de diversas regiones geográficas: en el NO, la depresión del lago Maracaibo, limitada al Este y Sur por la cordillera de Mérida, cuya máxima altura es el pico Bolívar (5.007 m); más al Este se encuentra la cuenca del río Orinoco, la región de Los Llanos que se extiende de Oeste a Este por toda la franja central del país y por el Sur; el sector Sudeste del territorio venezolano corresponde a la meseta de las Guayanas, cubierta de cumbres achatadas llamadas tepuis. El principal río venezolano, el Orinoco, nace en el Sur del país y lo atraviesa siguiendo la frontera con Colombia; desde la zona central su curso describe una gran curva rodeando la meseta de las Guayanas, hasta desembocar en el océano Atlántico en el noreste. Sus afluentes más caudalosos por la derecha son el Caura y Caroní y, por la izquierda, el Guaviare, Vichada, Meta, Arauca, Apure y Manapire.

 

Clima

El país tiene un clima tropical, sometido al régimen de los alisios, con grandes diferencias de temperatura en función de la altura, y una vegetación xerófila en las regiones secas, herbácea en los llanos, de selva en las proximidades de los sistemas montañosos, de páramo en altura y de manglar en la costa. La población pertenece a la raza blanca, mestiza y amerindia, es predominantemente urbana (86 %) y se concentra en el Norte del país.

 

La economía

se basa fundamentalmente en los recursos petrolíferos, con unas 90.000.000 toneladas extraídas en 1987 (noveno productor mundial). Se cultiva café, cacao, caña de azúcar, maíz, patatas, batatas, mandioca, sésamo, tomates, judías, ananás, coco y bananas; y se cría ganadería bovina, porcina y caprina. También merecen mención la pesca, los recursos forestales y la minería del hierro (décimo productor mundial), gas natural (décimo productor mundial), oro y diamantes. En el sector industrial sobresalen la producción cementera, alimentaria, textil, tabaquera, química y siderúrgica y el montaje de vehículos.

Historia

El territorio fue poblado en el primer milenio a.C. por tribus del grupo arawak y, algunos siglos antes de la llegada de los españoles, sufrió la invasión de los caribes procedentes de las Antillas. Venezuela fue descubierta en el tercer viaje de Colón (1498) y sus costas fueron recorridas por varias expediciones: la de Pedro Alonso Niño y Cristóbal Guerra (1499-1500), la de Alonso de Ojeda, acompañado por Juan de la Cosa y Américo Vespucio (1499-1500), y la de Rodrigo de Bastidas (1500-1502). Colón la llamó Tierra de Gracia, pero, al poco tiempo, fue conocida como Venezuela, nombre que según parece le dio la expedición de Ojeda al descubrir unos poblados sobre el agua que recordaban a Venecia. En 1500 se produjo el primer establecimiento en la isla de Cubagua, donde se fundó al poco tiempo la ciudad de Nueva Cádiz, abandonada en 1544. En 1527, Juan de Ampués fundó Santa Ana de Coro, primera capital de Venezuela. En 1528, Carlos V concedió a los banqueros alemanes Welser la colonia, pero su explotación constituyó un fracaso y la concesión fue anulada en 1546. Las fundaciones se sucedieron: en 1545, la ciudad de El Tocuyo; en 1552, Barquisimeto; en 1555, Valencia; en 1558, Trujillo, y en 1558, Mérida. En 1567, el capitán Diego de Losada, tras dominar el valle de Caracas, fundó Santiago de León de Caracas, que se convirtió en el centro de la colonización y, en 1578, en capital, al establecerse en ella el gobernador Pimentel. La prosperidad de la colonia se basó en el cultivo del cacao. La parte occidental del territorio estaba integrada en el virreinato del Perú y la oriental dependía de la Audiencia de Santo Domingo. En el reinado de Felipe V se instaló la Real y Pontificia Universidad de Caracas (1725), que en las dos últimas décadas del siglo alcanzó un nivel de enseñanza comparable al de las españolas. En 1728 se otorgó la exclusiva del comercio venezolano a la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, lo que originó numerosas rebeliones. En 1777 se creó la capitanía general de Venezuela y desde 1786 tuvo Audiencia propia. A finales del s. XVIII se intensificó el cultivo del café para abastecer a los mercados europeos. Varios fueron los movimientos secesionistas precursores de la independencia, como el de los comuneros, iniciado en Nueva Granada y extendido por los Andes (1781), el de los criollos Manuel Gual y José María España en La Guaira y Caracas (1799), o el intento fracasado de sublevar a la colonia llevado a cabo por Francisco Miranda (1806). En 1810, aprovechando la invasión de España por Napoleón, los propietarios criollos depusieron al capitán general Vicente Emparán y nombraron en Caracas una Junta Suprema, oficialmente para defender los derechos de Fernando VII, aunque sus propósitos eran independentistas. El Congreso General de Caracas proclamó la independencia en 1811. Las provincias de Coro y Maracaibo permanecieron fieles a España y el capitán de fragata Domingo Monteverde organizó el ejército realista, que venció a Francisco Miranda, generalísimo de los independentistas, y le obligó a capitular (1812). Simón Bolívar regresó de su exilio en Cartagena de Indias, declaró la guerra a muerte a los realistas, entró en Caracas y fue aclamado como Libertador (1813). Se creó la segunda república y Bolívar y Mariño tuvieron que enfrentarse a los españoles y a la caballería llanera mandada por José Tomás Boves. Los triunfos realistas en La Puerta y en Urica acabaron con la segunda república (1814). Al poco tiempo llegó una fuerza expedicionaria española, al mando del general Pablo Morillo (1815). Bolívar regresó en 1817 y llevó la guerra al Orinoco y a la Guayana; su ejército se vio reforzado por el paso al campo republicano de los llaneros, mandados ahora por José Antonio Páez. La lucha continuó en 1818 y, al año siguiente, Bolívar, al frente del ejército republicano, cruzó los Andes, obtuvo la victoria de Boyacá y libertó Bogotá y buena parte de Nueva Granada. El congreso de Angostura decretó este mismo año la creación de la República de Gran* Colombia, integrada por Nueva Granada (Colombia y Ecuador), Venezuela y Panamá. Tras una tregua en la lucha (1820), ésta se reanudó y Bolívar venció en la batalla de Carabobo (1821). La resistencia española se retiró a Maracaibo y Puerto Cabello, hasta su total rendición en 1823. Venezuela se declaró independiente de la Gran Colombia en 1830. El general José Antonio Páez se convirtió en el hombre fuerte de Venezuela hasta 1848, bien como presidente de la república (1830-1835 y 1839-1843) o como general en jefe. Durante 18 años el país estuvo gobernado por la llamada oligarquía conservadora, representada por Páez, José María Vargas y Carlos Soublette. En este periodo el país se recuperó de la guerra, se proclamó la Constitución de 1830 y se firmó un tratado de paz con España (1845). En las elecciones de 1846 la oligarquía conservadora impuso en la presidencia al general José Tadeo Monagas, que se liberó de la tutela de los conservadores y se aproximó a los liberales. Hasta 1858, el poder fue ejercido de forma dictatorial por José Tadeo Monagas (1847-1851 y 1855-1858) y su hermano José Gregorio (1851-1855). Derrocó a José Tadeo Monagas el general Julián Castro (1858-1859). Después de una guerra civil entre federalistas y centralistas que duró cinco años, el tratado de Coche (1863) puso fin a la contienda con el triunfo federalista y ocupó la presidencia el general Juan Crisóstomo Falcón (1863-1868), aunque quien gobernó en realidad fue el líder liberal Antonio Guzmán Blanco, primero como vicepresidente y luego como dictador (1870-1877). Guzmán fue derribado por un levantamiento popular, pero recuperó el poder (1879-1884). Entre los años 1884 y 1886 gobernó su hombre de confianza, Joaquín Crespo, pero nuevamente Guzmán, que fue llamado el Regenerador de Venezuela, ocupó la presidencia (1886-1888). El periodo de 1888 a 1898 es conocido como el del «guzmancismo sin Guzmán». El general Cipriano Castro, tras un golpe militar, alcanzó el poder (1899 - 1908). En 1908 el vicepresidente, general Juan Vicente Gómez, se apoderó de la presidencia, aprovechando un viaje de Castro a Europa, y estableció una dictadura que duró hasta 1935. Basó la economía del país en el café y en el petróleo. Muerto el dictador, fue elegido presidente el ministro de Guerra y Marina, general Eleazar López Contreras (1935-1941), que devolvió al país muchas de las libertades democráticas suprimidas por la dictadura y proclamó una nueva Constitución (1936). Le sucedió Isaías Medina Angarita (1941-1945), derrocado por un golpe militar que dejó el poder en manos de una junta revolucionaria de gobierno, presidida por Rómulo Betancourt, dirigente de Acción Democrática. En las elecciones de fines de 1947 fue elegido presidente el escritor Rómulo Gallegos, derribado por un pronunciamiento militar (1948). El gobierno pasó a una junta militar, presidida por Carlos Delgado Chalbaud e integrada también por Marcos Pérez Jiménez y Luis F. Llovera Páez. Asesinado Delgado (1950), le sucedió Germán Suárez Flamerich (1950-1952) y a éste, Marcos Pérez Jiménez (1952-1958), que gobernó dictatorialmente. Derrocado en 1958, se hizo cargo del gobierno una nueva junta militar. Al ser restablecidas las libertades democráticas resultó elegido presidente Rómulo Betancourt (1959-1964), a quien sucedieron en la presidencia Raúl Leoni (1964-1969), de Acción Democrática; Rafael Caldera (1969-1974), socialcristiano del COPEI, que desarrolló una política reformista e incrementó la participación del Estado en los beneficios del petróleo; Carlos Andrés Pérez (1974-1979), de Acción Democrática, que completó la nacionalización del petróleo y de la siderurgia; Luis Herrera Campins (1979-1984), del COPEI, y Jaime Lusinchi (1984-1989), de Acción Democrática. En las elecciones de 1988 resultó elegido nuevamente Carlos Andrés Pérez.

 

Arte

La arqueología en Venezuela tiene menos importancia que en otros países sudamericanos, aunque se han descubierto algunos yacimientos en las estribaciones andinas y en la región del Orinoco. Para su estudio se han establecido tres periodos: el paleoindio, de 12.000 a 5.000 a. C.; el mesoindio, de 5.000 a 1.000 a. C., y el neoindio, desde el año 1.000 a. C. hasta la conquista española. De la arquitectura colonial quedan muy pocas muestras en Venezuela, debido en parte a los terremotos y también al crecimiento urbanístico de sus ciudades. De esta época sólo se conservan, en Caracas, la catedral (s. XVIII) y la iglesia y convento de San Francisco (s. XVI). A la arquitectura civil colonial corresponden la quinta Anauco, en Caracas, donde se ha instalado el museo de Arte Colonial, y las casas de Arcaya y de las ventanas de hierro, en la ciudad de Coro, todas ellas del s. XVIII. En el s. XIX se construyó el edificio del Capitolio Nacional. En el s. XX, sobre todo a partir de 1936, la arquitectura alcanza un gran desarrollo y proliferan los edificios civiles, obras de arquitectos venezolanos y extranjeros. Destacan en Caracas, entre otras construcciones, la ciudad universitaria, de Carlos Raúl Villanueva; el museo de Bellas Artes, de Óscar Niemeyer; el conjunto urbanístico del centro Simón Bolívar, de Cipriano Domínguez; el edificio El Camarón, de M. Breto, y el conjunto residencial El Conde, de M. Bemmergui, así como la iglesia de Nuestra Señora de Coromoto, en Maracaibo, obra de José Castillo, y las villas en Altamira, edificadas por Carbonell y Sanobria. La escultura ofrece escaso interés en la época colonial. En Cubagua, h. 1530, el maestro Lorenzo talló escudos nobiliarios. Entre los misioneros llegaron algunos artistas y así, en el s. XVII, fray Fernando de la Concepción, franciscano, sobresalió en la talla de retablos. Ya en el s. XX adquirieron prestigio escultores venezolanos como Eva Lote, Esteban Toth y Briceño. Posteriormente destacan los abstractos Francisco Narváez, Víctor Valera y Gego. La pintura colonial tampoco tuvo gran relieve. En Coro, Tomás de Cocar y Juan Agustín Riera pintaron cuadros religiosos (h. 1600). En el s. XVIII sobresalen Francisco José de Lerma, José Surita y Juan Pedro López, también con pintura religiosa. A principios del XIX, Juan Lovera, fundador de la primera escuela de pintura, realizó cuadros de historia y retratos de los personajes de la independencia. Más tarde triunfa un importante grupo de artistas educados en medios académicos europeos: Martín Tovar y Tovar, Arturo Michelena, Antonio Herrera Toro y Cristóbal Rojas. Una nueva generación se impone en el s. XX, la formada por Tito Salas y los impresionistas Manuel Cabré, Federico Brandt, Rafael Monasterios, Armando Reverón y Marcos Castillo. Más adelante crean su obra los vanguardistas Héctor Poleo, Pérez Guevara y Elsa Gramcke. En 1936 se fundó la Escuela de Artes Plásticas y en la misma se formó un grupo de artistas que se inclinaba por la abstracción geométrica: Mateo Manaure, Oswaldo Vigas, Armando Barrios, luego figurativo, y Mercedes Pardo. Otros artistas de vanguardia cultivan la abstracción lírica, como Hugo Baptista; el arte cinético, como Jesús Rafael Soto, Alejandro Otero, Carlos Cruz Díez y Narciso Debourg. La corriente de la nueva figuración está representada, entre otros, por Jacobo Borges y Luis Guevara Moreno. La cinematografía venezolana cobra importancia a partir de la década de los setenta, y entre los directores más destacados figuran Clemente de la Cerda, Román Chalbaud, Alfredo Anzola, Mauricio Wallerstein, Franco Rubartelli y Giancarlo Carrer.

 

Literatura

Aunque de la época colonial se recuerdan algunos autores menores, la primera gran figura de la literatura venezolana es Andrés Bello, humanista y poeta neoclásico, que se formó en plena lucha independentista. Conseguida la independencia, hay que citar a una generación de intelectuales de tendencia neoclásica y vinculados a la política, como Fermín Toro, poeta y novelista, Juan Vicente González, poeta y prosista, y Rafael María Baralt, historiador y filólogo. La estética romántica está representada por los poetas Rafael Agostini, también autor teatral, José Antonio Maitín y Abigaíl Lozano y los prosistas José Ramón Yépez y Arístides Rojas, este último buen conocedor del folclore venezolano. Entre los últimos románticos figuran los poetas Juan Antonio Pérez Bonalde y Andrés Mata. Luis Delgado Correa, Francisco Tosta García, Daniel Mendoza y Nicanor Bolet Peraza son narradores costumbristas. El realismo y el naturalismo europeos se mezclan con el regionalismo en Venezuela, como puede apreciarse en la obra narrativa de José Gil Fortoul, Gonzalo Picón Febres, Manuel Vicente Romero y Miguel Eduardo Pardo. Dos revistas, El Cojo Ilustrado (1892-1915) y Cosmópolis (1894-1895), instauran el movimiento modernista en el país, cuyos más conocidos cultivadores son los poetas Manuel Pimentel Coronel, también prosista, y Francisco Lazo Martí y los narradores Pedro César Dominici, decadentista, Pedro Emilio Coll, cosmopolita, Luis Manuel Urbaneja Achelpohl, criollista, y Manuel Díaz Rodríguez. Rufino Blanco Fombona, poeta modernista, escribió la Vida de Bolívar y El hombre de hierro, novela de denuncia social. Teresa de la Parra describe en sus novelas la vida caraqueña de comienzos de siglo y el realismo social impera en los libros de José Rafael Pocaterra. Rómulo Gallegos, cuya obra se considera como puente entre el impresionismo y el realismo, refleja en sus novelas el proceso cultural, social y político de la tierra venezolana y de sus gentes. En los primeros años del s. XX surge la generación de 1918, que terminará con la etapa modernista, y que integran los poetas Enrique Planchart, Andrés Eloy Blanco, Fernando Paz Castillo, Jacinto Fombona Pachano, Rodolfo Moleiro Sánchez y José Antonio Ramos Sucre. En 1936 aparece en torno a la revista Viernes otro grupo de poetas con tentativas vanguardistas, entre los que descuellan Ángel Miguel Queremel, Otto DíSola, Vicente Gerbasi, José Ramón Heredia, Pablo Rojas Guardia y Pascual Venegas Filardo. En la prosa también se advierte el profundo influjo de las últimas corrientes europeas. Merecen mención Mariano Picón Salas, narrador y ensayista, Julio Garmendia, Miguel Otero Silva, novelista y poeta, Guillermo Meneses, consumado autor de cuentos y, especialmente, Arturo Uslar Pietri, que ha logrado un éxito notable con sus novelas históricas y sus libros de narraciones cortas. El grupo poético Suma, representado por Juan Liscano, regresa a las formas clásicas. Alfredo Armas Alfonzo, del grupo Élite, es un estimable narrador. Juan Sánchez Peláez escribe poesía de entronque surrealista. La revista Contrapunto (1946) agrupa a los narradores Héctor Mújica, Óscar Guarmato y Oswaldo Trejo, a los poetas José Ramón Medina y A. Nazoa y a los ensayistas Ernesto Mayz Vallenilla y Eddie Morales Crespo. Se suceden las revistas literarias, algunas de las cuales dejan profunda huella, como Sardio, donde colaboran, entre otros, los prosistas Salvador Garmendia y Adriano González León y los poetas Edmundo Aray, Luis García Morales y Guillermo Sucre; o Tabla Redonda, en la que escriben los poetas Rafael Cadenas y Jesús Enrique Guedez. Entre los últimos valores figuran los narradores Luis Brito García y R. Izaguirre. En teatro cabe resaltar la obra de César Rengifo, también pintor, y, posteriormente, de Román Chalbaud, Isaac Chocrón y José Ignacio Cabrujas, así como la labor del grupo Rajatabla, taller de teatro del Ateneo de Caracas.

 

Música

La música tradicional tiene tres fuentes: la indígena, la negra y la hispánica; y de la primera sobreviven los instrumentos el camaeo o tambor y el botuto o trompeta. Las danzas más populares son el joropo, el tono llanero, el galerón, el corrido, el merengue y la cumbia, las dos últimas de procedencia afroantillana. A fines del s. XVII, fray Diego de los Ríos compuso motetes y villancicos en lengua caribe. Francisco Pérez Camacho, maestro de capilla de la catedral de Caracas, impartió cursos de música en la propia catedral (1699-1725). El fundador de la escuela venezolana es el padre Pedro Palacios y Sojo (1739-1799), creador de una academia de música (1770). Discípulos suyos son José Francisco Velázquez, Juan Manuel Olivares, autor de un Magnificat, y José Antonio Caro de Boesi. En el s. XIX hay que citar a Francisco de Miranda y Juan José Landaeta, cuya canción Gloria al bravo pueblo (1810) fue proclamado himno nacional en 1881. José Ángel Lamas es considerado el más importante compositor de la época colonial. En el s. XX sobresalen Vicente Emilio Sojo, fundador de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, Juan Bautista Plaza, maestro de capilla de la catedral de Caracas y autor de música sacra y profana, Juan Vicente Lecuna, José Antonio Calcaño, destacado musicólogo, María Luisa Escobar, fundadora de la Sociedad Venezolana de Música de Cámara, Inocente Carreño, Carlos Teppa, Andrés Sandoval, José Luis Muñoz y José Antonio Abreu. En la música electrónica destaca Gustavo Planchart.

 

Volver a la pagina principal